Este proyecto surge desde 2018 con el fin de moderar las necesidades y riesgos identificados desde orientación escolar y evaluaciones institucionales anuales, mediante actividades que potencializan habilidades para la vida con el fin de disminuir los factores de riesgo identificados, logrando la convivencia pacífica escolar.
Para lograr el objetivo anterior es necesario que se desarrollen en cada una de las sedes Institucionales (Gómez y Ajizal), con el acompañamiento de docentes, docente orientadora, estudiantes, directivas, acudientes y comité de convivencia escolar, diversas actividades puntuales, centrados en el nuevo proyecto institucional y el modelo dialógico de prevención y resolución de conflictos, basado en el diálogo como herramienta para superar las desigualdades.
El modelo dialógico involucra a toda la comunidad mediante un diálogo que permite descubrir las causas y orígenes de los conflictos para solucionarlos desde la propia comunidad mucho antes de que aparezcan (Flecha & García, 2007). Por lo tanto, este abordaje se concentra en la prevención de los conflictos, mediante la creación de un clima de colaboración, en el cual las personas participan tanto de la creación de las normas de funcionamiento de la escuela, como de la forma de resolver los conflictos, creando así un mayor entendimiento y sentido para todas las personas involucradas.
En este modelo, se ofrecen espacios y condiciones para garantizar que todas las personas tengan igualdad de oportunidades, independientemente de la cultura, del nivel académico y su condición social, pues tienen la capacidad de intervenir y opinar en la búsqueda de una solución consensuada que ayude a la prevención y resolución de conflictos. La responsabilidad y la capacidad de generar una buena convivencia no se limitan a ninguna autoridad, ni a un experto en mediación, sino que incumbe a todos los estudiantes, profesores y personas de la comunidad. Se trata de superar las posiciones de poder (tan presentes en el modelo disciplinar) y abrir camino hacia unas relaciones más igualitarias.
Adicionalmente, la formación en habilidades para la vida será sumamente importante para que el proyecto pueda obtener los resultados esperados. En 1993, la OMS lanzó una iniciativa internacional para la educación en Habilidades para la Vida, definidas como capacidades necesarias para tener un comportamiento adaptativo y positivo que permita enfrentarse eficazmente a las exigencias y retos de la vida diaria.
Para ello son necesarias estas diez habilidades psicosociales:
Fomentar el respeto por los derechos humanos, el enfoque de género, y la prevención, mitigación y atención de la violencia escolar, mediante el desarrollo de las habilidades para la vida definidas por la OMS, en la comunidad educativa de la I.E. Los Gómez, contribuyendo así a la disminución de situaciones de riesgo psicosocial, mediante la implementación de actividades encaminadas a la convivencia pacífica y basadas en el modelo dialógico.
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